lunes, 10 de febrero de 2014

Dibujando sutilmente mi figura tus manos, pintando con los colores de la pasión tus labios,
añadiendo un toque de locura e ilusión el roce de tu piel, provocando fantasías y deseos tu ojos, 
seduciéndome e incitando tu voz y llenándome de placer todo tu ser.

Sujeta firmemente mis caderas y ama las riendas,
condúceme a donde tú quieras, al mismo infierno si lo deseas. 
Muerde mis labios lentamente y deja que me hunda en ti,
embriágame de tus besos ¡deseo que mil escalofríos me hagas sentir!
Envuélveme en tus brazos.
Aráñame la espalda ligeramente y deja que tu lengua sea la que borren esas marcas sin dejar rastros.
Entra en lo más profundo de mi ser, llega donde nadie ha llegado, acaricia mi cuerpo y aférrate a mi como algo sagrado.

Susurra eso que no has dicho antes, luego altera mis sentidos lamiendo despacio
y llega más fondo sujetando mis manos.
Deja que sólo el movimiento de nuestros cuerpos digan cuanto nos queremos y que los gemidos se vayan acelerando.

No mires a otro lado, no te distraigas, no importa si nos observan,
sólo deja que la pasión siga y fluya, que los chismosos sólo sentirán envidia
al vernos llenos de goce y locura.No te detengas, sigue, llévame a las estrellas, 
déjame tocarlas y bájame despacio, sumérgeme en tu lecho alterado,
seguidamente deja que las ganas
y el deseo vuelvan a encender la llama de nuestro amor que altera,
ciega y abriga de lujuria nuestras almas, que sólo se calman entregándose al disfrute de nuestra piel.

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